Revalorizar el Patrimonio Histórico es una cuestión obligada en las sociedades avanzadas del siglo XXI. Pues es el patrimonio que hemos heredado producto del esfuerzo las muchas generaciones que nos precedieron. En el se reflejan y podemos conocer la trayectoria vital del hombre, de nuestra civilización, y por tanto de nuestra identidad forjada a través de los siglos. Es la historia de nuestro arte, nuestro pensamiento, y en definitiva de nuestra cultura materializada en aquellas obras significativas que de manera insoslayable dan sentido a nuestro presente y orientan nuestra proyección al futuro.

Nosotros somos responsables y es labor inexcusable el conocer, conservar y disfrutar de ese magnífico legado y trasmitirlo a las futuras generaciones.

Para ello es necesario desplegar todas aquellas actuaciones que hoy en un mundo económica y tecnológicamente desarrollado están a nuestro alcance y que se concretan en las múltiples oportunidades que se pueden concretar desde el campo de la gestión patrimonial que, puestas al servicio de la revalorización de aquellos bienes, ofrecen a la sociedad las herramientas óptimas y necesarias para conocer, proteger, conservar, difundir, disfrutar y transmitir nuestro Patrimonio Histórico.